Recientemente, el debate sobre la inclusión financiera se ha intensificado, un principio que tiene como objetivo asegurar que cada individuo, sin discriminación, tenga acceso a herramientas financieras esenciales, incluidas cuentas bancarias, servicios de ahorro, crédito o seguros.
El 24 de enero, el informe ‘ fue presentado en Roma por la fundación Finanza Etica «Inclusión financiera y microcrédito. Con las comunidades para combatir la pobreza y la exclusión.El análisis destaca una realidad alarmante: aproximadamente 1,1 millones de hogares (equivalentes a 2,3 millones de individuos) no tienen ningún tipo de cuenta de depósito y carecen de acceso a instrumentos financieros básicos. Una cifra por encima de la media europea, que se vuelve aún más preocupante si se consideran las disparidades entre las regiones italianas.
En el sur de Italia, el 78,2% de las familias residen en una situación de exclusión financiera, y las regiones del sur de Italia y las islas muestran tasas de rechazo de solicitudes de hipotecas y préstamos significativamente superiores al promedio nacional.
Incluso los instrumentos de microcrédito no logran ofrecer completamente a individuos desfavorecidos o en riesgo de marginación una oportunidad de inclusión financiera y social, así como garantías económicas.
Por lo tanto, se observa un aumento en el número de italianos excluidos, privados de la posibilidad de solicitar asistencia a los bancos y cada vez más alejados de la participación efectiva en la vida económica del país: individuos peligrosamente expuestos a prácticas financieras criminales o abusivas, como la usura.
Una desertificación bancaria imparable
El distanciamiento entre los ciudadanos y las instituciones bancarias es también, y sobre todo, físico.
Según la información proporcionada por Fabi y el Observatorio sobre la desertificación bancaria, aproximadamente 4 millones de personas residen en municipios completamente desprovistos de sucursales bancarias, mientras que otros 6 millones de italianos viven en localidades con solo una sucursal bancaria disponible.
La investigación de la Conferencia Uilca «¿Cierre de sucursales? No, gracias«, celebrado en Roma el 18 de enero, revela que 9 de cada 10 italianos están insatisfechos con el cierre de sucursales bancarias en su municipio. Solo en 2022, de hecho, el 2,6 % de las sucursales cerraron sus puertas.
También está en riesgo el desarrollo económico. Los bancos desempeñan un papel crucial en la generación de riqueza para un país: proporcionan financiamiento a las empresas, ofrecen diversas formas de crédito a los consumidores y brindan servicios de gestión del dinero e inversiones para ayudar a las personas a obtener rendimientos de sus ahorros.
Para el 70% de los italianos, la cercanía de una sucursal bancaria influye significativamente en su propensión a invertir en productos financieros.
La introducción de la banca en línea no ha resuelto completamente este problema.
Solo uno de cada cuatro clientes utiliza los canales digitales de los bancos, y los territorios más afectados por la desertificación bancaria también son aquellos con menos digitalización y alfabetización informática. Otro obstáculo está representado por el significativo número de personas mayores que encuentran dificultades para utilizar sistemas digitales.
A pesar del declive progresivo de la presencia física de los bancos y la aceleración de la digitalización, la investigación realizada por Uilca enfatiza claramente cómo muchos ciudadanos, ahorradores y empresas continúan prefiriendo el contacto directo con un interlocutor físico. Sin embargo, es natural preguntarse: ¿a quién acudir para obtener consejos o sugerencias, con quién discutir abiertamente sobre cuestiones tan delicadas, cuando el número de sucursales bancarias está disminuyendo constantemente y los bancos digitales parecen entidades distantes y poco comprometidas?
El papel del asesor financiero
Un asesor financiero serio, con una formación avanzada y continuamente actualizada en materia de finanzas, registrado en el Registro Único Nacional y regularmente habilitado para la profesión, es el único profesional que, gracias a sus habilidades especializadas, puede sustituir a las sucursales bancarias para trabajar directamente con los ciudadanos en la gestión de sus finanzas.
El asesor financiero proporciona explicaciones claras y constantemente actualizadas a sus clientes sobre el funcionamiento de los instrumentos financieros: incluso los segmentos de la población con baja alfabetización digital, que carecen de acceso a sucursales bancarias, o que no están familiarizados con procedimientos financieros más complejos pueden ser guiados correctamente en su viaje financiero e informados sobre cambios normativos, tendencias del mercado y nuevas oportunidades de inversión.
Pero su tarea no se limita a analizar datos y números.
El asesor financiero es, ante todo, un oyente: comprender a fondo las necesidades, objetivos y preocupaciones de los clientes es el primer -y más importante- paso para crear una estrategia de gestión financiera efectiva y duradera.
El objetivo principal del asesor financiero es, ante todo, establecer una relación de confianza y, sobre todo, humana.
La presencia constante del asesor a su lado, combinada con su capacidad para responder de manera racional a las dudas e incertidumbres de sus clientes, garantiza que nadie sea nunca descuidado o aislado en las decisiones relacionadas con sus activos o ahorros.
A través de su capacidad para proporcionar apoyo personalizado y garantizar la accesibilidad y seguridad en los servicios financieros, el asesor financiero se convierte en un recurso indispensable para permitir que todos aprovechen al máximo las oportunidades ofrecidas por el sector financiero, superando el fenómeno de la desertificación y digitalización del sector bancario.